Creo este hilo fuera del random porque si. Van 5 años y es claramente un tema aún sensible entre todas las personas, la polarización y los insultos en distintos lados no faltan. Espero que podamos compartir de forma amable acá.

¿En qué andaban cuando sucedió?, ¿les importó u afectó?, ¿qué opinan actualmente?

No quiero patear la jaula con el post. Solo que habiendo estado en Santiago durante ese momento quisiera compartir un poco mis pensamientos, lo que haré apenas tenga un tiempo.

  • veniasilente
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    1 month ago

    Había posteado desde mi lemm.ee pero nunca llegó porque parece que coincidió con el upgrade, así que aprovecho de postear por acá.

    ---- BEGIN PAPIRO ----

    A mí me tocó en la pega y no fue en su momento nada notable, simplemente una de tantas protestas más que estaban pendientes en ese entonces. Pero cuando iban cinco días ya y la cosa no paraba, bueno ahí la percepción de las cosas toma otro tono.

    Me tocó estar en Temuco cuando Carabineros decidieron aliarse con los latifundistas en vez de con el pueblo y no encontraron mejor manera de ejemplificarlo que soltar ametralladora a una cuadra del Hospital Regional.

    Me tocó estar en Santiago dos días después de que supuestamente un carabinero botara a un protestante de un puente, y todos susurraban lo obvio y lo sensato, ¿pero para la tele? Noooo es que el otro lado es maligno y esto es un puro desorden y “ya no hay respeto”.

    Lo bueno es que de mis cercanos ninguno fue afectado para mal. A diferencia de lo que pasó con la pandemia, donde casi todos en mi esfera de alcance fueron para peor. En retrospectiva siento que eso dice harto realmente sobre el espectro y rango de nuestros problemas “autoinventados” versus las cosas the 100% real, one link, no fake que nos tira encima la naturaleza.

    Si me preguntan qué opino del estallido en 2024, diría que todos son unos flojos y todavía hay mucha pega pendiente. La intención era buena, había que sacarse el parche curita y la venda de los ojos de una en vez de despacio para salir de ese sueño del supuesto “oasis de América” y enfrentar la realidad que nos estaban culiando por todos lados porque, como sociedad, nos gusta que nos culeen (o bueno les gusta; a mí no me cuenten en sus fetiches). Pero como todo movimiento que nace reactivo y no adquiere proacción y planificación en sus primeros tiempos, bueno pasó lo obvio: se malaprovechó, se exageró, se decantó, se fue mucho por las ramas y sin la función de planificación, cuando chocó con las coyunturas internacionales que se sucedieron (la pandemia, la guerra en Ucrania, la situación en Venezuela), bueno… básicamente pasó de ser “movimiento” a “ruido de fondo”.

    Salieron cosas buenas, hoy se está conversando botar el CAE, y ciertamente las cosas que supuestamente están peor ahora, según hocicones de ultraderecha, no están así por culpa del estallido sino de la derecha misma; pero se perdió… no, se malgastó el momentum la oportunidad de hacer algo importante. Podríamos haber sido la Segunda Bastilla, pero no se avanzó lo necesario ni en cuatro semanas, ni en seis meses, ni en cuatro años, y bueno aquí estamos. A la espera que haya mejores derechos sociales, casa propia, red energética verde, plantas termonucleares en el norte, mejor cobertura de salud, poder considerar a la mascota como miembro oficial de la familia, y cortar de cuajo ese apologismo a la dictadura.

    Hey, un ciudadano trabajador puede soñar. A lo menos por eso no hay que tomar deudas con Walmart o Cencosud.

    — END PAPIRO ----