Una vez que hayas agarrado el ritmo, puedes intentar sentarte o echarte en algún lugar cómodo, cerrar los ojos e imaginar que estás en un lugar tranquilo y libre de preocupaciones.

Imagina cómo se sentiría la brisa.

Imagina los sonidos que habrían alrededor tuyo.

Imagina la temperatura que sentirían distintas partes de tu piel.

Imagina cómo se sentiría el peso de distintas partes de tu cuerpo.

Y cuando estés completamente relajad@, lentamente y a tu propio ritmo, vuelve a abrir los ojos.

Cuando estés list@, tómate un tiempo para pensar cómo te sentías antes vs cómo te sientes ahora. Así, la próxima vez que necesites hacer algo similar, lo vas a recordar más fácil. ;)

Nota: Si no logras relajarte con este ejercicio, sugiero primero hacer algun tipo de shock sensorial benigno. Hay gente que toma cubos de hielo con las manos, hay gente que se moja la cara con agua helada, hay gente que se da una ducha fría. Lo importante es sacar la mente de los discursos y moverlo hacia lo sensorial.