Acá en Talca pasaba lo mismo con la fábrica procesadora de cueros que estaba en el centro. Lo sentía horroroso, pero la gente que vivía por esos lados andaba como si nada.
Me imagino que así habrá sido vivir en tiempos coloniales o en la época de los conventillos, cuando tiraban la orina y otras cosas horribles a la misma calle.
Acá en Talca pasaba lo mismo con la fábrica procesadora de cueros que estaba en el centro. Lo sentía horroroso, pero la gente que vivía por esos lados andaba como si nada.
Me imagino que así habrá sido vivir en tiempos coloniales o en la época de los conventillos, cuando tiraban la orina y otras cosas horribles a la misma calle.
Todavía pasa. La gente se acostumbra pero lo sigue sintiendo.
No sé cómo chucha permiten que esa weá siga funcionando. Le quita hartos puntos a la decencia de Talca.
Hace rato que desapareció. Jeje